Mary Bell

Mary Flora Bell nació el 26 de mayo de 1957 en Newcastle, Inglaterra


Mary Bell  fue usada por su madre prostituta cuando solo tenía 5 años. Le obligaba a hacerle felaciones a los clientes, y a los 8 años la vendió para ser desflorada.

Nunca se supo bien quién fue el padre biológico de Mary, pero su madre la tuvo a los 16 años y su padrastro, Billy Bell, fue un ladrón al que no le importaba en absoluto lo que Betty hiciese con Mary. Según se sabe, Betty intentó algunas veces matar a su hija, pero al parecer no eran intentos muy determinados y, en todos ellos, siempre alegaba que la niña había sufrido algún accidente. En todo caso esos intentos cesaron pronto, pero la madre de Mary había empezado a prostituirse y, como odiaba a Betty (la veía como una fastidiosa carga), la comenzó a emplear tempranamente para satisfacer a sus clientes más degenerados…

Los suplicios antes mencionados, comenzaron cuando Mary tenía apenas cinco años y su madre le obligaba a tocar las partes íntimas de sus clientes. Luego, cuando cumplió ocho años, Betty vendió la virginidad de Mary por una buena suma de dinero y, quizá desde ese momento o un poco antes, empezó a hacer algo que Mary aborrecía: la desnudaba, la sujetaba, y entonces aparecía un cliente, introducía su órgano en la boca de la angustiada niña, y lo movía hasta terminar, sin importar cuántas lágrimas corriesen por las mejillas de la pobre Mary que, según contó ella misma, terminaba siempre por vomitar el fluido que los clientes dejaban en su boca, ya que le daba verdadero asco.

Un 25 de mayo de 1968, justo un día antes de que Mary cumpliese once años, el pequeño Martin Brown, vecino de Mary, desapareció y poco después se encontró su cadáver: según la Prensa, se había caído al jugar, pero los forenses afirmaron que habían signos de estrangulamiento, varios golpes y una contusión sangrante en la cabeza. La realidad fue que Mary lo había empujado y, al ver que el niño aún vivía, lo estranguló.


El 31 de julio desapareció Brian Howe, un niño de tres años. Mary, al ver pasar a Pat (hermana de Brian) el día del crimen, le preguntó con malicia: “¿Estás buscando a Brian?”. “Sí, ya debería estar en casa”, respondió Pat sin imaginarse que, poco después, el cadáver de su hermanito sería encontrado cerca de un edificio en construcción: mutilado, con una “M” en el abdomen hecha a base de cortes, con los mechones del cabello cortados toscamente, y con los genitales cercenados… Era un crimen demasiado siniestro, pero los investigadores vieron en él una especie de juego ritual, así que sospecharon que podría tratarse de un criminal adolescente, o quizá de un niño...
Los crímenes de Mary trascendieron mediáticamente, y la Prensa la bautizó como “La Niña Asesina”


Con 23 años, Mary Bell fue finalmente liberada en 1980. Apenas salió, con una nueva identidad para no ser agredida o marginada, conoció a un joven, se embarazó, y abortó al bebé… Posteriormente, en 1984, tuvo otro embarazo y esta vez no abortó sino que se casó y, según se supo, asumió un ejemplar rol de madre, rompiendo así los círculos que, en sus repeticiones de generación en generación, convierten a la víctima en un nuevo victimario, a menos que ésta decida tomar otro camino, tal y como hizo Mary, aunque la sociedad no lo valoró y siempre los fisgones de la Prensa acababan por identificarla y arrebatarle la paz, hasta que el 21 de mayo del 2003 Mary consiguió una victoria legal en base a la cual podría mantener su anonimato y el de su hija por el resto de sus vidas.

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